jueves, 17 de noviembre de 2016

Bitácoras de AR&PA 2016


En ocasiones tienes la oportunidad de abordar proyectos que te atraen y que piensas que podrían suponer un pequeño progreso para el entorno inmediato en que desarrollas tu vida profesional.

La reunión de blogueros que celebramos el otro día en el marco de la Bienal AR&PA 2016 es uno de estos casos. Ya es frecuente que los blogueros sean invitados a eventos culturales con el objetivo de replicar su difusión (si queréis conocer algunas experiencias os lo cuenta Clara Merín). También existen ejemplos de experiencias editoriales colaborativas, acompañadas o no de foros de participación (ARCO Bloggers). No cabe sino agradecer a los que nos precedieron la puesta en marcha de experiencias de este tipo y su generosidad al dar difusión de las mismas.

Consuelo (Mariché) Escribano (@consuelosescriba) y yo mismo (@jl_hoyas) quisimos incorporar esta práctica, cuyo éxito se ha comprobado, durante la celebración de la Bienal. El propósito publicado en la convocatoria era el "encuentro con especialistas relacionados con la protección y transmisión del patrimonio cultural a través de canales 2.0 […] por la importancia que empiezan a asumir las bitácoras personales o profesionales a la hora de utilizar dinámicas de comunicación y participación en la red, y por su potencial como herramientas de conocimiento y activación del patrimonio cultural”. Añadamos que los perfiles de los blog seleccionados siguen diversas ópticas como las ciencias sociales, la educación, los jóvenes, la perspectiva de género, los viajes culturales o las nuevas tecnologías, entre otras.

Un segundo propósito, no menos importante, era el de insertar una pequeña cuña socialmedia en la difusión de labor de conservación y transmisión del patrimonio cultural que realizan las administraciones públicas, en este caso la Junta de Castilla y León, para activar otros canales de participación y colaboración, más dinámicos y posiblemente más frescos.

La respuesta de los participantes ha sido inestimable, tanto por su generosidad al acudir a la convocatoria sin reparos (es justo mencionar que todos han venido a sus propias expensas), como por su capacidad para aportar solidariamente sus conocimientos y por disculpar gentilmente los pequeños errores y desajustes que siempre se producen. También ha sido excelente la confianza que ha depositado en nosotros la organización de la Bienal AR&PA para desarrollar la actividad, un apoyo que se hizo patente con la presencia del Director General de Patrimonio Cultural en la inauguración del encuentro y que ha venido acompañada de una difusión que nunca hubiéramos imaginado; bienvenida sea.

Foto de famila bloguera de @AliciaVillarP para @bienalarpa

En nuestro caso se optó por la celebración de una visita privada en el primer día de la Feria AR&PA y de un encuentro con los blogueros el último día de la misma. Para concretar la dinámica de trabajo señalaré que el encuentro se activó mediante la presentación de cada uno de los blogs, seguida de una breve intervención de los blogueros, para pasar a una participación general, en formato de tertulia, que tuvo interesantes e incluso divertidas aportaciones. El arranque de éstas se facilitó a través de la pregunta ¿sirven vuestros blogs para escuchar y responder, o solamente para transmitir vuestro mensaje?, que dio paso a la pregunta más directa de ¿por qué difundís el patrimonio a través de este canal? La coyuntura vino a enlazar nuevas preguntas y matices que añadir a aquellas, en un delicioso ejercicio de participación, opinión, respeto y grandeza que alargaron la charla durante dos horas. El resumen de lo tratado puede ser el siguiente:
  • No hay un patrón en cuanto al seguimiento que hacen los blogueros de sus entradas. Los hay que saben cuántas personas los visitan junto a otros que no lo miran y que ni les preocupa. Eso sí, todos agradecen la realimentación y atienden quejas y sugerencias; ello les ayuda a mejorar e incluso a orientar sus ediciones. No obstante, alguna opinión externa manifestó la tendencia del bloguero a escribir para sí mismo sin esperar, o incluso desear, que se generen opiniones sobre los trabajos. 
  • El amor por el patrimonio cultural y su difusión parece un sentimiento común, y en muchas ocasiones ha nacido en la infancia gracias a que proceden de familias en que ese sentimiento se ha fomentado. Los blogueros comparten su opinión en una acción sobre todo desinteresada que responde a la necesidad de darla a conocer.
  • Un planteamiento que flotaba continuamente en las intervenciones es el de “educar al lector”. Los blogs tienen una profunda vocación educativa y procuran el uso de instrumentos didácticos e interpretativos, de modo que el seguidor aprenda a mirar el patrimonio cultural, a conservarlo y a transmitirlo. En esta línea se produjeron dos intervenciones del público: la primera para valorar el esfuerzo de los blogs, pero interesándose en alguna manera de certificar la calidad de sus contenidos para su uso educativo y la segunda para apreciar el éxito de la iniciativa “AR&PA en Familia” como medio para infundir el valor del patrimonio cultural en el ciudadano desde edades tempranas.
  • También se estableció debate sobre la conveniencia de contar con prescriptores culturales. Se ofreció la pregunta ¿por qué hay tan pocos famosos que recomienden el disfrute cultural o que hagan publicidad de recursos del patrimonio cultural? ¿No sería positivo que actores, deportistas, políticos…, invitaran a sus seguidores a visitar museos, teatros o bibliotecas? Y (añado yo según mi percepción) ¿por qué los escritores, artistas o actores no recomiendan las actividades culturales más allá de sus propias creaciones o de las que corresponden a su sector?
  • Y la juventud. José Miguel Travieso intervino casi al final para celebrar la mocedad de gran parte de los blogueros convocados. Es una buena noticia que la difusión del patrimonio cultural tenga continuidad en las generaciones que llegan.
Pues bien, hecho el relato, sólo queda repetir mi profundo agradecimiento a los participantes, a los asistentes, y fundamentalmente a Mariché por su capacidad de convocatoria y organización. El éxito de la jornada es sobre todo mérito suyo. Confío en que haya más jornadas como esta y que los blogs culturales vayan adquiriendo más presencia en la programación de eventos de este tipo.

Vuestros comentarios se esperan aquí debajo ;)

martes, 8 de noviembre de 2016

A propósito de AR&PA 2016. ¡Gracias, blogueros!


Ya estamos ante la nueva edición de AR&PA, la X edición de la Bienal de la Restauración y Gestión del Patrimonio que con tan magnífico título se celebra desde 1998. Dieciocho años durante los que hemos crecido profesionalmente, en los que hemos diversificado nuestra visión e interpretación del Patrimonio Cultural, en los que hemos conocido un sinfín de empresas, personas, proyectos, ideas... Algunas de las cuales seguramente se han consolidado en el propósito patrimonial para el que nacieron y otras se habrán quedado en el camino; nadie se acuerda ya de ellas.

Naturalmente ha habido éxitos y fracasos, ilusiones y decepciones, intereses y principios, encuentros y desencuentros, pruebas y demostraciones. Pero lo realmente importante es que ya se han celebrado, una tras otra, hasta diez convocatorias en las que se ha comunicado y debatido el conocimiento, se ha mostrado y evaluado el trabajo de los profesionales del patrimonio, se han dado a conocer valores y manifestaciones culturales desconocidas, se han perfeccionado modelos indispensables para la gestión patrimonial, se han generado redes de intercambio y participación, se ha asistido al alumbramiento de nuevas tecnologías y su generalización, se ha abierto el Patrimonio a la sociedad y a los ciudadanos tanto como a los profesionales, y está en la calle del mismo modo que se encuentra en los laboratorios. Ahora AR&PA es global y compartida. No es de nadie y es de todos.

Y esto ha sucedido aquí cerquita y gracias al esfuerzo de las administraciones públicas y el apoyo y confianza que ha puesto el sector privado en ellas. Y ha sucedido gracias, siempre lo digo, a muchas personas que trabajan cada día de esos intervalos de dos años para que AR&PA sea lo que es.

En mi caso he participado en las dos últimas ediciones con mi humilde contribución, en 2012 a cargo de un stand y en 2014 a cargo de las redes sociales. Y este año me comprometo con un formato que, sin ser novedoso, no tiene antecedentes en AR&PA: me refiero a la reunión de blogueros que hemos llamado “Patrimonio en Red”, una confluencia de especialistas que se caracterizan por difundir sus opiniones mediante blogs, en lo que supone la entrada en la Bienal de nuevas dinámicas de comunicación y participación en la red. Una actividad que tiene el éxito asegurado solamente por la generosidad y disposición de sus participantes y que esperamos que tenga continuidad para futuras convocatorias.

La selección de blogueros es nuestra, de @consueloescriba y @jl_hoyas, a partir de nuestros gustos e intereses personales o profesionales, y en ella se han buscado diversas formas de difundir el patrimonio, tratando de añadir otros puntos de vista y de favorecer el diálogo crítico. ¿Conseguiremos nuestro propósito? Estáis invitados a comprobarlo, os esperamos.

Mientras tanto este post y mi agradecimiento es para 16 blogueras y blogueros.

jueves, 6 de octubre de 2016

La banda del Patio


El Museo Patio Herreriano ha caído recientemente sobre la mesa de plenos del Ayuntamiento de Valladolid y se ha convertido en pasto de pendencias políticas. Repentinamente ha pasado a estar en boca de todos y no por buenos motivos.

Para poneros en situación os contaré que la cosa del Patio Herreriano comenzó hace unos pocos años, durante la burbuja, cuando todas las grandes ciudades españolas querían su “Guggen” y, a nivel regional, se competía por tener museo de arte contemporáneo propio, para unirlo al aeropuerto propio o a la universidad propia, en esa carrera de méritos provincial que tanto nos gusta por aquí. Así que se tomó un edificio, se rehabilitó, y se le inyectó junto al cemento una colección convenientemente apadrinada, un presupuesto profuso y un plan director. Ya se opinaba, a quien quería oírlo, que el Museo nacía hipotecado al comodato de la Asociación Colección Arte Contemporáneo, pero a nadie pareció interesar el riesgo evidente de sufrir una deslocalización de ésta; eran tiempos de vino y rosas.

Todo este conglomerado se fue diluyendo con los años, a base de cada vez más magros presupuestos (incluyendo rescates junteros para desajustes presupuestarios), de alguna que otra intromisión colonial, de soluciones cortas para tiempos largos y de crisis económica, mucha crisis económica. En consecuencia, el Museo devino en una pérdida de visitantes, en un aumento de usuarios por la vía del alquiler de espacios, y en una programación con importante interés museístico pero algo introspectiva, cuya cercanía a su comunidad y entorno inmediato no se ha sabido difundir. O comprender, pues a lo mejor es a mí al que le falta perspectiva.

Con la arribada de otros colores políticos al Ayuntamiento de Valladolid, y sobre todo no siendo predominante ninguno de ellos, tenía que llegar el momento en el que cada grupo quisiera poner su granito para reactivar el Museo; al menos los que consideran que necesita una renovación pues, al parecer, el grupo político anterior apuesta por mantener la gestión de los últimos años. Y esa renovación había de transitar entre el cambio de dirección (aunque para todo hay gustos) y una redefinición de las relaciones de la Fundación gestora con la Asociación que presta el grueso de la colección, sobre todo a tenor de lo que está sucediendo en los últimos tiempos con algunas de sus obras.

Así que no encontraron mejor lugar para debatir sobre el Museo que en el Pleno del Ayuntamiento, lo cual siendo muy democrático no parece adecuado para tratar de regir una institución que tiene un patronato (donde están representados todos los grupos políticos) y un consejo rector y que cuenta con los mecanismos de gestión habituales en estos casos. Cierto que el Museo es cosa de todos los vallisoletanos, pero no parece deseable que se intervenga en los asuntos de una institución cultural a golpe de pleno, sobre todo por parte de grupos políticos que cuando pudieron hacerlo no opinaron sobre el futuro del Museo Patio Herreriano.

También se quiere llevar el debate a la palestra ciudadana mediante la creación de un grupo de trabajo que defina el futuro del museo (nada en contra al respecto), pero la preocupación es que esta colaboración quiera hurtar las competencias que corresponden al patronato del museo. La participación ciudadana debe intervenir en la toma de decisiones, pero esa intervención es compatible con que ésta se realice en su foro natural, que es el patronato. Otra cosa es que la constitución de éste sea excesivamente institucional y política y que sea necesario modificar su composición para dar cabida a colectivos con interés legítimo. No obstante, procuremos que el discurso no sea “más dialéctico que factual”, como expresa Pilar Gonzalo en este estupendo post.

"Reyes precintados". Por Alex Castella from Gavà, Spain (DSC001421) [CC BY-SA 2.0]

Y el caso es que estas peripecias del Museo se producen en momentos delicados, debido a la incertidumbre sobre el comodato de los fondos de la Asociación Colección Arte Contemporáneo. No considero que sea tanta la inseguridad y no tengo duda de que el comodato se mantendrá, pues a las partes interesa, pero también es comprensible la preocupación porque se garantice la cesión de las obras y que se asegure la relevancia de las mismas. En ello están las partes y no tenemos porqué albergar dudas sobre el futuro de la colaboración.

Pero no está de más señalar que, bajo la perspectiva ciudadana, el tema se gestiona con titubeos y que el centro está demasiado sometido al vaivén de las luchas políticas. Hay también una percepción de que el asunto se podría haber resuelto con anterioridad al cese de la directora del Museo, para evitar fricciones innecesarias, si bien ya se sabía desde el pasado mes de julio que la plaza saldría a concurso. No obstante no nos engañemos: la continuidad de la Colección no va a depender de estas minucias y si al final se denuncia el comodato será por interés de la Asociación Colección Arte Contemporáneo. O quién sabe si por otro tipo de presiones interesadas (como veis, para levantar paranoias sirve cualquiera).

No obstante, ante posibles decisiones unilaterales de la Asociación habría que hacer de la necesidad virtud y prever alternativas; y preverlas ya. En definitiva ¿tiene sentido el Museo Patio Herreriano sin la colección? ¿O, si se prefiere, puede existir más allá de la colección? Yo creo que sí pero, partiendo de la base de que lo mejor es que la colección permanezca en Valladolid, deberíamos ir perfilando una línea de actuación que beneficie a la institución y a la ciudad. Para ello es necesario que tengamos claras unas pocas cosas:
  • La Dirección de este museo debe ser el pivote que articule las relaciones entre sus órganos rectores y que proponga las líneas generales de la actividad del Museo, siempre con la ayuda del comité asesor científico (que, por cierto, ¿por dónde anda?). Por eso es imprescindible que se saque a concurso la plaza a la mayor brevedad posible y que se eviten invenciones temporales que erosionan la labor que se quiere realizar. 
  • Entre las primeras cuestiones que se deben abordar está la redacción de un Plan Museológico actualizado, pues no parece que el Plan Director del año 2001 sea el instrumento más adecuado para abordar la renovación del Museo. Junto a ello es inevitable contar con un Plan de Viabilidad del Museo que defina los recursos necesarios para relanzarlo y para garantizar su sostenibilidad, así como su rentabilidad social y cultural. (ver actualización al final).
  • Se debe variar la composición del Patronato para que se adecúe a estándares actuales y se garantice una representación adecuada de los diferentes sectores. A ello habría que exigir la existencia de un compromiso de todos los grupos políticos para sacar al Museo Patio Herreriano del escenario político y para contemplar todas las cuestiones relativas a su gobernanza en el seno del patronato.
  • Todas las partes deben asumir un compromiso de transparencia y de lealtad con el Museo, con el resto de agentes y, sobre todo, con los ciudadanos de Valladolid. Nadie parece estar libre de culpa, a tenor de las denuncias sobre convocatorias de última hora, faltas de confianza o conocimiento de situaciones por la prensa que se vienen denunciando. Naturalmente, la lealtad o deslealtad es una opción personal y por tanto es responsabilidad de quien la toma.
Como veis ha habido palos para todos. Así que a trabajar más y a porfiar menos, que si en el Ayuntamiento se debatiera más sobre políticas culturales nos iría bastante mejor.


P.D.: A los recién llegados a esto, sobre todo políticos, la palabra “comodato” les hace segregar jugos diversos. Resulta gracioso comprobar el éxtasis en sus rostros cuando articulan esas cuatro sílabas alargando la "o" final. Co-mo-da-tooooo. Parece que están hablando del tesoro del Inca cuando lo pronuncian. ¡Criaturitas…!.

Actualización: He de hace una corrección a un erro mío. Sí existe Plan Museológico, pero también es de 2001 y algo escaso. Lo podéis ver en aquí 

jueves, 19 de mayo de 2016

Lo estamos pensando poco


Y llegó nuevamente el Día Internacional del Museo; con sus actividades extraordinarias; con sus jornadas de puertas abiertas; con sus noticias pintorescas saturando los medios; con sus listas de “los 10 museos que…”;  con fotos de infantes, usuarios despistados por la falta de costumbre en la visita o políticos sonrientes (y también despistados por la falta de costumbre); con sus reivindicaciones, que tratan de aprovechar que hoy es de los pocos días en que se hace caso a los museos y a sus trabajadores; con sus cifras, malditas cifras.

También es el día en que hay gente que visita un museo por primera vez para no volver; el día en que se inauguran actividades ordinarias que solamente retrasaron la fecha para añadir un poquillo de impulso mediático; el día en que se descubre la existencia de museos ignorados, que lo estaban por algo; el día en que algún político, por mor del despiste o del calentón, promete cosas que luego debe cumplir pues las ha manifestado en sala de prensa y a qué coste a veces; el día en que muchos usuarios se dan cuenta de que hay numerosísimas personas que trabajan a diario en los museos (también en esos en los que hay jornadas en las que no entra nadie); el día en el que el museo tiene menor competencia y puede visibilizar sus demandas, carencias y necesidades.

Esto no es una crítica a la celebración del DIM, sino al uso que hemos venido otorgando a la efeméride en los últimos años. Creo que muchos profesionales de museos nos hemos dejado llevar por la autocomplacencia (con la colaboración interesada de los titulares de los museos y la complicidad o falta de exigencia del usuario) y hemos transformado el DIM en un objetivo en sí mismo, más que en un medio para alcanzar un propósito. A veces pienso que nos quedamos en la efervescencia de la ocasión sin aprovechar el empuje que la fecha puede proporcionar. Y muchas más veces tengo la sensación de que algunos acuden al DIM obligados, sin ganas, sin espíritu ni finalidad, solamente porque no se puede dejar de estar y porque en el amparo de la prodigalidad disimulan quienes solamente están aquí de paso.

Foto extraída de http://icom.museum/actividades/dia-internacional-de-los-museos/L/1/

Y eso me lleva a hacerme muchas preguntas y a animarte a que tú también te las hagas. ¿Tienes claro qué es lo que quieres para tu museo? O haces lo que siempre se ha hecho ¿Te has parado a reflexionar sobre la misión del museo, sobre por qué haces las cosas que haces? O simplemente te limitas a reproducir comportamientos que te parecen adecuados. ¿Te has abierto realmente al usuario? O solo te interesa saber su número. ¿Tu visitante conoce los servicios que presta el museo? O los das por conocidos y aceptados. ¿Te relacionas y trabajas con otros museos? O los ves como una competencia. ¿Has aprendido algo en estos años? O es que ya lo sabes todo.

Son tantas las preguntas que no nos hacemos, tantas las preocupaciones que no compartimos, tantas las cosas por hacer, los públicos por incluir, las barreras por derribar, los vicios que eliminar. Si todos tenemos claro que el museo es un espacio de encuentro y participación, que es un medio de intercambio cultural y de desarrollo social. Si es nuestra casa… ¿por qué no debatimos más y reflexionamos sobre el museo? ¿Te lo has planteado? ¿De verdad?

Cualquier día del año, no solo el 18 de mayo, hay muchos museos que hacen un gran trabajo y muchas actividades apasionantes con visitantes disfrutando en el museo. Pero si en tal día la noticia se reduce a que el museo es "gratis" y la actividad "excepcional" es que lo estamos pensando poco.

jueves, 12 de mayo de 2016

Sobre museos, libros y preciosos recuerdos


Hoy se celebra en Twitter el Museum Memories Day (#MusMem), un evento global creado para rememorar o recordar momentos inolvidables en museos. La verdad es que es uno de tantos eventos tuiteros, pero a mi me sirve como excusa para sumarme a la propuesta con una entrada al blog. ¡Que me apetece, oiga!

Para encontrar mi primer recuerdo de museos no tengo que hacer una búsqueda imperiosa en el Minroud de Yor, ni abordar un registro arqueológico con harrisiana precisión. De hecho, tengo varios recuerdos para escoger porque en mi memoria se suceden abundantes visitas museales que, por suerte, están asociadas a la felicidad de mi infancia. La mayoría de esas escenas se desarrollan en Madrid, pues mis padres me llevaban a la revista familiar (dícese abuela) una o dos veces al año, y cada uno de esos viajes traía la visita a un museo. Me quedan de entonces maravillosas imágenes de altas estanterías de madera repletas de fósiles y especímenes en el Museo Nacional de Ciencias Naturales o de inacabables maquetas, imponentes panoplias y solemnes estandartes en el Museo del Ejército.

Como todos los padres, pero sobre todo los de los tardíos sesenta y lo tempranos setenta, los míos estaban obsesionados con proporcionarnos medios, conocimientos o recursos, que nos permitieran “labrarnos un futuro” y hacernos “hombres o mujeres de provecho”, como se decía antes. El objetivo era simple y sin adornos, casi un ejercicio de resistencia: que tuviéramos una vida mucho mejor que la suya, con mejor perspectiva económica, pero sobre todo más libre e independiente.

En esa dinámica mis hermanos y yo hemos podido disfrutar de muchas cosas pero, de entre las más relevantes (más allá del cariño recibido, o inculcarnos un espíritu de superación o la honradez como principios fundamentales), destaco la posibilidad de tener todos los libros que pudiéramos leer y aquellas experiencias en grandes museos madrileños. Aquellos dones se concretaron en una permanente afición por la lectura y una de mis mayores satisfacciones: mi trabajo. No sé si aquellas visitas fueron una semilla en un ánimo predispuesto o si fueron el abono que esa simiente necesitaba, pero me gusta pensar que mi elección de estudiar arqueología y mi actividad como conservador de museos empezaron a forjarse en aquellos años. Mi madre quiso corregir esta deriva años después insistiendo en que estudiara Derecho, que era lo que estaba de moda porque parecía comportar un porvenir seguro, pero por suerte no hice caso… Aunque esa es otra historia.

"Los padres del artista", Otto Dix (1891 -1969). Foto encontrada en http://ow.ly/4nsb5N

Con el tiempo la evocación de estas imágenes se ha mezclado con otras nostalgias y en el proceso se han sublimado maravillosas asociaciones de museos y libros. ¿Acaso aquél viaje a Madrid en tren que duraba tres horas y media no era tan eterno como las miles de verstas siberianas que recorría Miguel Strogoff? ¿O el Museo de Ciencias Naturales no era lo más parecido, según la imaginación de un niño, al “Viaje al Centro de la Tierra”? ¿Es que las armas expuestas en el Museo del Ejército no eran las mismas que se usaban en las batallas de “Guerra y Paz”? 

Para mi suerte, entre museo y museo y hasta que empecé a visitarlos por mi voluntad, también encontraba patrocinio informativo en mi propia casa. No me faltaban recursos librescos en obras de gran formato como el entrañable “Maravillas del Mundo” editado por el Círculo de Lectores, en la cita periódica con el Selecciones del Readers’s Digest o en diversas enciclopedias y obras de referencia entre las que se encontraban, como joyas de la corona, los veintitantos volúmenes del SUMMA ARTIS. En definitiva, los libros me llevaban a los museos y los museos a los libros.

Casualmente hoy celebro también mi quincuagésimo natalicio y, ley de vida, ya no tengo a mis padres. Hace exactamente 50 años que me vieron la pinta y añadieron, a las que ya tenían, la responsabilidad de cuidarme y educarme. Creo que lo hicieron co-jo-nu-da-men-te.

Sin duda uno de mis mejores recuerdos hoy es que mis padres me dejaron su cariño, los museos, los libros y los preciosos recuerdos.

Gracias Mamá. Gracias Papá.